jueves, 24 de enero de 2008

ARTICULO DE MARUJA TORRES PARA "EL PAIS"

"A principios de mes, un galgo de piel oscura y ojos tristísimos puso fin a sus días colgándose de un árbol en las inmediaciones de Gerena, una de las localidades españolas en las que se produce cada año el suicidio colectivo de decenas de miles de galgos. Unos se abandonan y se dejan morir de hambre y sed; los otros se cuelgan con sus propias patas. ¿A qué pueden deberse los extraordinarios hechos que siguen registrándose, año tras año, sobre todo en Extremadura y Andalucía? ¿Pertenecen los perros a una secta oculta? Llama la atención que el galgo, encontrado en condiciones penosas, se hubiera cortado antes la oreja en donde portaba el chip identificativo. Ello quiere decir que pretendía pasar desapercibido. Pero lo más increíble es que, arrepentido de su decisión, el can mordió la fina cuerda con que había intentado liquidarse, logrando romperla mas no pudiendo impedir que parte de la misma se le incrustara en el cuello, produciéndole una necrosis. Almas piadosas lograron rescatar al animal y, al parecer, disuadirle de que vuelva a atentar contra el bien más preciado que posee un cuadrúpedo de carácter tan dulce que en otros países, en lugar de elegir la profesión de perseguir liebres por cuenta ajena, se dedica a ser mascota en los hogares e incluso colabora -como en Dinamarca- en el cuidado de niños autistas. Por desgracia, muy pocos de los galgos que se suicidarán este año en España podrán ser salvados".

El redactado anterior persigue no ofender la fina sensibilidad de quienes crían galgos para la caza y los exterminan después de dos años por los métodos arriba descritos.

Pero, como española de bien -por fin he podido decirlo-, exijo a la señora Narbona e incluso al señor Rey que se termine con la salvaje práctica de la caza con galgos. Que empezó, por cierto, hace siglos y por real decisión.








Desafortunadamente GUAPO no sobrevivió una septicemia le hizo cruzar el arco iris

LAS NUEVE MENTIRAS TAURINAS

El toreo es cultura. Si se alude a las costumbres de una época o un pueblo, efectivamente el toreo es cultura, como cultura eran, también los combates a muerte entre gladiadores y no hay razón para defender la pervivencia de tan bárbaras costumbres. Pero si por cultura quiere entenderse el afinar las facultades intelectuales, nada hay de cultura en torturar y matar animales. Y que algunos personajes tenidos como cultos sean defensores de las corridas tampoco significa nada. Se puede ser profesor de ética por las mañanas, y despreciable estafador por las tardes.

El toreo es arte. ¿Se refiere a haber servido de tema a diferentes artistas? También se han realizado espléndidas obras sobre las guerras o el martirio de los santos, y no por ello son costumbres a conservar. Ahora bien, si por arte se entiende la habilidad para hacer una cosa, torear puede ser un arte, lo mismo será arte pilotar una moto, arte levantar una pared de ladrillos, arte robar carteras y arte practicar la tortura china.


El toreo es tradición. En la actualidad nos horroriza la tradición de algunos países africanos de extirpar el clítoris a las niñas. También hemos oído hablar en el pasado de otras prácticas monstruosas como la quema de herejes, o la esclavitud. Por ello el argumento de que algo por el simple hecho de ser tradición merece ser conservado, carece de cualquier fundamento.


Sin el toreo, desaparecería el toro. Como el ecologismo está de moda, los taurinos se fingen hipócritamente conservacionistas. Pero, del mismo modo que hoy se preserva al lince Ibérico, o a la vaca Tudanca, nadie consentiría que el toro de lidia desapareciese. En Polonia, por ejemplo, se conservan manadas de bisontes, que la Comunidad Europea vela con exquisito mimo, pese a que no renten beneficio alguno. Intentar salvar la permanencia de una especie, torturándola y asesinándola no es la mejor de las formas.

Hemos creado una raza; la raza de lídia. Si, ya. Como todo dentro de este mundillo, inventos del tebeo. Varios documentos indican que esta "raza de lídia" es totalmente inventada y manipulada. (1), (2), (3).


El toreo genera mucho dinero. Dinero que sale de nuestros impuestos para lucro de ganaderos, aristócratas, terratenientes, apoderados, empresarios y toreros de fama. Millones de euros que se desvían incluso de las subvenciones europeas. Por cierto, también genera mucho dinero el contrabando de armas o el narcotráfico.


El toreo crea puestos de trabajo. De los toros sólo vive un puñado de gente. Después del reparto millonario entre empresarios y toreros, los demás trabajadores malviven con sueldos míseros que no incluyen cobertura social, por lo que se dedican a ello de forma esporádica. Los sastres y armeros, no necesitan de la “Fiesta” para seguir ejerciendo su oficio. Lo mismo sucede con los ganaderos: No hay diferencia mayor entre criar toros o vacas lecheras. Sólo quedan los toreros, que no son tantos, y pueden dedicarse como el resto de la gente, a vivir de un trabajo digno, y no de la tortura de animales.


Pero si el toro no sufre!!”. Claro. A ver si entiendo. ¿Que le dan con la puya, le clavan las banderillas, lo atraviesan con una espada y lo rematan con una puntilla... y no le duele? que le cortan las orejas y el rabo en vivo... ¿y todavía tenéis narices de argumentar de que el toro disfruta? ¿Y para ello tenéis que comprar a un pseudo-veterinario para que os de la razón? Ésta es la opinión de un verdadero veterinario.

El toro de lídia goza de una vida regalada. Dicen los taurinos que los toros bravos llevan una vida regalada. Que durante los cuatro o cinco años que viven antes de morir lo hacen a todo plan, bien alimentados y mejor tratados, y que sólo al final, durante la lidia, pueden sufrir un poquito durante apenas quince minutos. Una vida envidiable, vaya. En primer lugar, no gozan de una vida regalada, más bien al contrario